A estas alturas del invierno quizás estéis un poco cansados de tanto interiorismo monocromático atemporal y os apetece ver algo diferente, alegre y lleno de color, así que hoy he pensado en los amantes de los tonos vibrantes como el fucsia, el azul turquesa o el amarillo, verde y rojo. Observad que casa tan vital y enérgica, la verdad es que con solo mirarla transmite ganas de vivir. Su interior un punto bohemio, ordenado y algo caótico a la vez, se alimenta de estos tonos para transmitir informalidad y juventud. Disfrutadlo.
Imágenes con el consentimiento de Hus & Hem