El espacio que ocupaba una antigua fábrica de lápices es hoy el hogar en el que residen una joven pareja con sus dos hijas. Este apartamento mantiene elementos propios del estilo industrial como las ventanas de hierro, pero su interior se ha pensado para resultar acogedor y funcional. La cocina abierta destaca sobremanera por su elegancia y la zona comedor por la belleza de su mesa de teca reciclada y las lámparas de inspiración fabril hechas en polvo de acero. Me encanta la combinación de colores y la manera como han sabido transformar una nave industrial en una vivienda de lo más agradable.
Imágenes con el consentimiento de Bo Bedre
Fotografía: Tim Wahlfried