Verónica Coulter trabaja con formas que surgen de la mancha misma en una ejecución totalmente espontánea, sin concepto a priori, valorando lo accidental y explotando el azar como recurso operativo. Son elementos que en principio parecen no tener un objetivo en el lienzo hasta ser dominados y modificados bajo el control estético. Control que requiere la unidad de la percepción y la acción instantánea, que a su vez está sometido a un proceso que es detenido en el momento en que, lo que se busca es hallado o revelado. Por ello no hay tema recurrente, sí una integración de sensaciones desplazadas de los elementos y emanaciones de vestigios, de visiones recientes o lejanas, procedentes de una expresión libre y subjetiva del inconsciente.
Óleo, papel oro/plata, pigmentos en polvo, resina dammar son los materiales que la conducen a trabajar con la textura. Exploración que llevó a cabo, llegando a ser el énfasis pictórico de sus trabajos, con superficies densamente empastadas. Esto se puede ver en la serie de los barnizados, cuya capa matérica ha ido aumentando gradualmente a lo largo del tiempo.
En su última serie arrastra y desecha todo material, dejando así impresas superposiciones de capas de pintura al extremo de hacerlas desaparecer quedando el lienzo al desnudo. Crea zonas compactas que se aproximan, funden, presionan o dispersan, se penetran unas contra otras y zonas donde flotan enfocándose y desenfocándose buscando sus propias posiciones con un ritmo que se mantiene en constante movimiento.
El color las concentra como fuente de energía y las dispersa transformándose en un blanco que actúa de neutro. No siempre el color lo obtiene por la materia, también utiliza la pincelada para establecer un contraste de tratamiento materia-color. Contrapone el brillo extremo con la opacidad. La transparencia a la densidad. La materia con la ausencia de ella. El tiempo impera en esta materia plena hasta casi su desaparición, como si su decadencia diera paso a otra nueva. Utiliza varios soportes en una misma obra. Fragmenta el espacio y a su vez juega con la incorporación de más soportes como una obra inacabada, que puede ser continuada, que es infinita. Podéis visitar su última exposición llamada "Primero sueño" del 3 de abril al 9 de mayo en Santa Teresa Espai d'Art calle Santa Teresa, 3 de Barcelona.